Cuando el proceso es el problema

Por José María Prats.

Un nuevo empleado llega con ilusión a su primer día de trabajo. Su correo aún no está activo, su ordenador no ha llegado y nadie le espera para guiarlo. Lo que debería ser una bienvenida motivadora se convierte en un inicio frustrante.

En otro departamento, una compra clave para la producción no se gestionó a tiempo. El proveedor no recibió la orden cuando debía y ahora la empresa se ve obligada a adquirir el material con urgencia, pagando sobrecostes y acumulando retrasos.

Son situaciones cotidianas en muchas organizaciones, pero no deberían serlo. No se trata de mala intención ni de falta de profesionalismo, sino de procesos que no funcionan como deberían.

El caos oculto en las organizaciones


En todas las empresas hay tareas que dependen unas de otras: aprobaciones, validaciones, notificaciones. Si alguien se olvida de un paso o si la información no fluye cuando debe, las consecuencias son reales: retrasos, errores, costes innecesarios y, sobre todo, equipos frustrados.

Aquí es donde la tecnología juega un papel decisivo. Gestionar los procesos de manera eficiente no es solo cuestión de organización, sino de permitir que las empresas operen con la agilidad que exige el mercado.

Un cambio de paradigma


La gestión de procesos empresariales (BPM) permite estructurar y automatizar estas dinámicas, asegurando que cada paso ocurra en el momento correcto y con la información adecuada.

Pero no todas las soluciones BPM son iguales. Algunas exigen desarrollos complejos y largos tiempos de implementación, mientras que otras, como ITEROP, se integran de manera ágil, permitiendo optimizar los flujos de trabajo sin alterar lo que ya funciona bien.

ITEROP, dentro de la Plataforma 3DEXPERIENCE, no solo digitaliza los procesos, sino que los vuelve inteligentes. Con un entorno low-code, cualquier equipo puede modelar y mejorar su operativa sin depender de expertos en software.

Esto significa decisiones más rápidas, menos errores y una organización preparada para escalar sin que el crecimiento se traduzca en más desorden.

Reflexión final


Los problemas en la gestión de procesos no suelen ser visibles hasta que generan consecuencias. Pero cuando las empresas toman el control y automatizan sus flujos de trabajo, la diferencia se nota en todos los niveles: empleados más productivos, clientes mejor atendidos y una estructura ágil que responde al mercado con precisión.

En la era de la inmediatez, la eficiencia ya no es un extra. Es la clave para marcar la diferencia.

Sobre el autor: José María Prats es economista y MBA, con más de 25 años de experiencia en desarrollo de negocio. En CADTECH, ayuda a empresas de diferentes sectores en sus procesos de transformación digital, proporcionando tecnología, software y servicios IT para optimizar su eficiencia y competitividad. 

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